la vida no se mide por las veces que respiras si no por los momentos que te dejan sin aliento

lunes, 30 de noviembre de 2009

Su vida había estado llena de gatos negros que lo miraban desde fuera del cristal, aquel pueblo estaba lleno. Había pasado por debajo de mil trescientas cincuenta escaleras porque las obras de su casa nunca se acababan. Se le habían roto tres espejos mientras se miraba. Había abierto cada día de lluvia un paraguas dentro de su casa porque sus padres no tenían dinero para arreglar las goteras... y así con toda una infinidad de portadores de mala suerte.
Pese a todo ahí estaba, poniendo a la supersticción contra la pared. Venciéndole y demostrándole que le ganaría en cada una de las batallas a las que acudiera. Teniendo el peligro fuera y dentro de su casa y no huyendo.

3 comentarios:

Ayelén Otero. dijo...

Me encanta tu blog, me encantas tu, que más ?
ah si .. QUE TE AMO (L)

Ayelén Otero. dijo...

y por cierto, que no quiero vernos más raros , nunca más. entendido?
QUE TE AMO,TE AMO DEMASIADO,
y eso no va a cambiar jamás
que acabamos de empezar
nuestro primer mes de diciembre
y se que seran uestras mejores navidades.
TE AMOOOOO(L)

mi vida, mas que todo
Me la juego todo en el 27

Sergio dijo...

TEAMOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO(L)